Dejad que los nudos se suelten • Article on Psychotherapy

2009-09-02

A los detectives se les instruye para ser desconfiados y poder así resistir la tentación de creer la evidencia y los relatos sin dudar. La investigación de los encubrimientos y la búsqueda de la verdadera matriz causante de la experiencia conflictiva es también un asunto que concierne a la psicoterapia y al dharma.

James Low
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Traduccion: Marta Perez-Yarza

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Unos turistas se perdieron cuando iban conduciendo por carreteras rurales en Irlanda. Vieron a un granjero y pararon para preguntarle el camino.”¿Cómo se llega a Limerick?” “¿A Limerick? Pues miren, si yo fuese hacia Limerick, no empezaría desde aquí.” No se trata de empezar desde donde piensas que estás (el dominio del ego), sino desde donde realmente estás, es decir, la dimensión inmutable de la presencia lúcida. Si empiezas desde esta última posición, el viaje se completa en un instante y despiertas en el lugar donde siempre has estado.
…La mente en sí, la presencia simple y natural es inmutable en medio del cambio. Desnuda bajo las ropas que hemos llevado, nuestra presencia fresca y cruda está dispuesta a aceptar lo que aparece momento a momento. No hay mapa que tenga privilegios sobre el territorio; dado que nuestra presencia lúcida no es un jugador activo en este mundo, no intenta encontrar el camino ni tampoco imponer su voluntad. El ego no puede participar ya que está atrapado en sus propias preocupaciones, en el mantenimiento del mapa, su libro de reglas y su idea de cómo deberían ser las cosas.

…La historia de Procusto en la antigua Grecia puede ejemplificar este punto. Vivía en una casa situada en una amplia llanura por la que pasaban viajeros. Cada anochecer solía ir a ver si encontraba alguien cerca de allí para invitarle a comida y hospedaje. Una vez que el extranjero había terminado de cenar, le ofrecía una cama. Primero tenía que tumbarse y Procusto miraba para ver si encajaba bien en la cama. Si era muy bajo le estiraba en un potro hasta que conseguía la altura suficiente, mientras que si era demasiado alto le cortaba los pies. Cuando otorgamos demasiada importancia a nuestras ideas, tenemos que atacar el mundo para hacerlo encajar.